19 Oh Yahveh, por amor de tu siervo, y según tu corazón, has hecho
todas estas cosas tan grandes, para manifestar todas estas grandezas.
20 Oh Yahveh, nadie como tú, ni hay Dios fuera de ti, según todo lo
que hemos oído con nuestros oídos.
21 Y ¿qué otro pueblo hay sobre la tierra como tu pueblo Israel, a
quien un dios haya ido a rescatar para hacerle su pueblo, dándole renombre
por medio de obras grandes y terribles, arrojando naciones de delante de tu
pueblo al que rescataste de Egipto?
22 Tú has constituido a Israel tu pueblo como pueblo tuyo para
siempre; y tú, Yahveh, te has hecho su Dios.
23 Ahora, pues, oh Yahveh, mantén firme eternamente la palabra que
has dirigido a tu siervo y a su casa; y haz según tu palabra.
24 Sí, sea firme; y sea tu nombre por siempre engrandecido, y que
diga: “Yahveh Sebaot, el Dios de Israel, es el Dios para Israel.” Y que la
casa de tu siervo David subsista en tu presencia.
25 Ya que tú, oh Dios mío, has revelado a tu siervo que vas a
edificarle una casa, por eso tu siervo ha encontrado valor para orar
en tu
presencia.
26 Ahora, pues, Yahveh, tú eres Dios, y tú has prometido esta dicha a
tu siervo.
27 Y ahora te has dignado bendecir la casa de tu siervo, para que
permanezca por siempre en tu presencia, porque lo que tú bendices,
Yahveh, queda bendito por siempre.»